Participar en el diplomado resultó ser una experiencia enriquecedora en diversos ámbitos, siendo relevantes el profesional y el personal; fueron bastantes clases donde el foco no sólo era el paciente crítico en distintas patologías, sino también la reflexión y el autodescubrimiento de cada uno de nosotros, los participantes. Sin duda alguna, la simulación es una herramienta casi mágica que en mi caso personal me trasladaba a un terreno conocido, siendo casi real, lo que ayudaba de sobremanera en el aprendizaje. Sólo me queda dar infinitas GRACIAS al equipo docente, en especial a Dolores y Karen, quienes dieron confianza y cercanía desde el día uno complementando con todos los conocimientos que tienen y ejecutan, resultando cada clase no tan solo muy interesante sino también entretenida. Sumado a lo anterior, siento que me enriqueció como enfermera, aprendiendo nuevos lenguajes y actualizando el conocimiento de manera de cuidar de la mejor forma posible a los niños críticamente enfermos de nuestro país.